
Nuestro organismo se encuentra regulado por una serie de mecanismos, en los casos del hambre y la sed son de formas muy similares y, por tanto, la sensación final puede ser un tanto ambigua y podemos confundir hambre con sed o viceversa.
Por tanto, debemos ser muy cuidadosos a la hora de identificar esas señales que nuestro cuerpo nos está enviando.
En primer lugar repasaremos qué tipos de señales nos puede estar enviando nuestro organismo:
- Sensación de sed: ésta procede directamente de todas y cada una de las células de nuestro cuerpo. Cuando nuestras células no tienen la cantidad de agua considerada como óptima, los mensajeros (los osmorreceptores) lo detectan y son los que mandan la señal al cerebro de que tenemos que consumir líquidos para regular de nuevo nuestras células.
- Sensación de hambre: se produce cuando el nivel de glucosa en nuestra sangre disminuye (esta glucosa será transformada en nuestras células en energía), en este momento, se envían señales al cerebro para que nos recuerde que tenemos que comer.
En principio, podríamos diferenciar claramente entre estas dos señales, el problema es que muchas veces no se producen con muchísima intensidad y es difícil distinguirlas. En este caso os propongo dos reglas de oro para no cometer errores e ingerir un exceso de alimentos.
En primer lugar lo más recomendable es ingerir cualquier líquido a ser preferible con un contenido en calorías moderado. Por ejemplo es más recomendable en estos casos consumir, por ejemplo, una bebida con gas baja en calorías y muy fría, que un chocolate a la taza ¿Por qué? En esta situación estamos intentando dar a nuestro organismo el líquido que creemos que necesita, no es recomendable que ingiramos en este momento una gran cantidad de calorías. Si pasados unos minutos esa sensación de “gusanillo en el estómago” ha pasado entonces era claramente una señal de sed.
En segundo lugar si esa sensación incómoda persiste, lo más recomendable es que optemos por algún tipo de snack saludable. Nuestro snack estrella como todos sabéis es la fruta: contenido moderado en calorías, fibra que nos saciará, aporte extra de vitaminas y minerales y por si fuera poco una importante cantidad de agua para mantenernos bien hidratados.
Espero que estas dos reglas de oro os ayuden a controlar esos pequeños momentos de ansiedad que ocurren entre comidas. Existen muchas bebidas y tentempiés para cumplir estas dos reglas, si tenéis alguna idea podéis compartirla en la sección de comentarios.
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