
La articulación del tobillo está constituida por tres huesos: el peroné, la tibia que pertenecen a la pierna y el astrágalo que forma parte del pie. La tibia y el peroné forman conjuntamente en su parte inferior una mortaja articular o cúpula sobre la que se encaja la troclea o polea del astrágalo. Sobre la estructura ósea existe una cápsula fibrosa, un conjunto de ligamentos, músculos y tendones que contribuyen a la solidez de la articulación y hacen posible el movimiento de la misma.
Los ligamentos más importantes y que por tanto proporcionan estabilidad a la articulación, y evitan los esguinces son:
- Ligamento lateral interno o ligamento deltoideo: une el astrágalo y el calcáneo con la tibia y se encuentra en la parte interna del tobillo. El ligamento deltoideo, raramente se lesiona de forma aislada. Suele estar asociado a rupturas del maleolo externo. En cuanto a la epidemiología el esguince es más frecuente en el varón, pero las formas más leves son más frecuentes en las mujeres.
- Ligamento lateral externo: conformado por tres fascículos diferentes, que unen el astrágalo y el calcáneo con el peroné, estos son: ligamento peroneoastragalino anterior, ligamento calcáneoperoneo y ligamento peroneoastragalino posterior. La lesión cominada de los ligamentos del peroneo anterior y peroneo-calcaneo se encuentran en el 20% del total de lesiones, mientras que la lesión aislada del ligamento peroneoastragalino anterior se observa en el 65% de ellas. Mientras que el ligamento peroneoastragalino posterior es el ligamento más resistente y rara vez se lesiona, excepto en los traumatismos graves del tobillo.
- Ligamentos de la sindesmosis: son los que mantienen unidos tibia y peroné en su extremo distal. Existe un ligamento anterior y otro posterior, fundamentales para mantener la mortaja con el cierre adecuado.
El mecanismo lesionales de la articulación del tobillo es la inversión forzada del pie produce lesiones por tracción, sobre todo en la lesión del complejo ligamentoso externo, pero no es el único mecanismo lesional existente, ya que puede asociarse también lesiones por contusión que provocan lesiones directas sobre el ligamento. Los porcentajes de lesión:
- El esguince de tobillo representa el 38 % de las lesiones del aparato locomotor.
- Representan el 40-50% de las lesiones del Baloncesto, 16-23% de las lesiones de fútbol, y 20% de las lesiones del atletismo.
- El 85% de los esguinces de tobillo corresponden con el ligamento lateral externo y dentro de él, un 70% de las lesiones se producen por el ligamento peroneoastragalino anterior.
- El 5% de los esguinces de tobillo se sitúan en el ligamento Deltoideo, y el 10% corresponde al ligamentos de la sindesmosis (ligamentos perineotibial ante-posterior).
- Grado 1 o benigno (elongación): se caracteriza por una falta de signos de gravedad local, así como ausencia de laxitud en las exploraciones radiológicas. Los signos suelen ser básicamente dolor local a nivel del fascículo ante-posterior del ligamento lateral externos, con la aparición de un edema e impotencia funcional. Limitación funcional que en tres o cuatro días cede. Esta lesión puede aparecer como primer episodio sobre un tobillo que nunca antes había sufrido una lesión o sobre un tobillo que ha sufrido ya diversos esguinces, lo que llamamos un esguince recesivo.
- Grado 2 o de gravedad moderada (ruptura parcial) aparecen ya signos locales como la esquinosis en el borde externo del pie, sobre la zona del ligamento roto por delante del maléolo externo, que en ocasiones no aparece de forma inmediata sino en los minutos posteriores del accidente. Existe impotencia funcional, que no desaparece al cabo de los días. Y por último mencionar que el arco articular del pie suele ser inferior a 10 grados.
- Grado 3 o grave (ruptura total): en ocasiones, el paciente relata que ha oído un “crack” como si algo se hubiera roto, el dolor inicial es muy importante y posteriormente puede ir cediendo (cuanto mayor es la ruptura menor es el dolor local). La aparición de un hematoma importante y de la hinchazón premaleolar e impotencia funcional muy marcada. Inestabilidad articular con un rango articular superior a los 10 grados y cajón anterior positivo (desplazamiento anterior del astrágalo en el plano sagital con respecto a la tibia.
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