¿Qué es la facitis plantar?

La fascitis plantar es la afección más frecuente de dolor no traumático en el tobillo-pie. Se presenta más en mujeres, entre los 40-70 años, con comienzo progresivo y difuso en la planta del pie o tobillo que poco a poco se agudiza impidiendo la marcha. En cuanto a su prevalencia se estima que aproximadamente el 10% de las personas sufre esta patología a lo largo de su vida. Es un trastorno auto-limitado, pues en el 80-90% de los casos los síntomas desaparecen a lo largo de los 10 meses posteriores a la lesión.

La fascitis plantar (FP) o talalgia plantar, se caracteriza por un dolor localizado en la zona antero-interna del calcáneo que puede irradiarse hacia el borde interno del pie1. Es la causa más habitual de dolor, en esa zona, en las personas adultas. La fascia plantar es una aponeurosis fibrosa que proporciona un apoyo fundamental al arco longitudinal del pie. La palabra “fascitis” sugiere la inflamación de la fascia plantar pero investigaciones recientes indican que no siempre la hay. La presencia de microrroturas en la fascia derivadas de traumatismos de repetición, producen la degeneración progresiva del colágeno ocasionando tendinosis, degeneración de la fascia y necrosis.

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La fascia plantar es una aponeurosis fibrosa espesa que se origina en la tuberosidad medial del calcáneo, va hacia adelante para insertarse en los profundos ligamentos transversales, cortos de las cabezas de los metatarsianos, que se divide en 5 bandas digitales en las articulaciones metatarsofalángicas y continua hacia adelante para formar las fundas fibrosas flexoras en la cara plantar de los dedos de los pies. Los pequeños nervios plantares se invierten alrededor de la fascia plantar y actúan para registrar y mediar el dolor.

La fascia plantar se compone de 3 partes diferenciadas: las bandas mediales, centrales y laterales. La fascia plantar central es la sección más gruesa y más fuerte, y este segmento es el que con más probabilidades está implicado en la fascitis plantar. En circunstancias normales, la fascia plantar actúa como un mecanismo de polea para proporcionar tensión y apoyo a través del arco. Funciona como un puente de tensión en el pie, proporcionando soporte estático y dinámico de absorción del impacto durante la marcha.
La etiología más común de la fascitis plantar es la disfunción biomecánica del pie; sin embargo, puede haber otras causas: infecciosas, neoplásicas, artrósicas, neurológicas, traumáticas, y otras enfermedades sistémicas. La patología, como se cree tradicionalmente, es secundaria al desarrollo de microtraumas que provocan microdesgarros, con el resultado de daño en la interfaz calcáneo-fascial secundaria al estrés repetido del arco con el soporte de peso.
El excesivo estiramiento de la fascia plantar puede dar lugar a microtraumatismos de esta estructura, ya sea a lo largo de su curso o donde se inserta en la tuberosidad medial del calcáneo. Estos microtraumatismos, si son repetitivos, pueden resultar en degeneración crónica de las fibras de la fascia plantar. La carga sobre el tejido degenerativo y el sanado de la fascia plantar puede causar dolor plantar significativo, más intenso al comenzar a deambular por la mañana o después de un período de inactividad física, que aumenta con la bipedestación prolongada o con actividades que requieren cargar pesos. No son frecuentes las parestesias ni el dolor nocturno. La sensación dolorosa a veces aparece mediante la dorsi-flexión pasiva forzada del antepie o mediante la posición de puntillas.

Factores de riesgo extrínsecos

El uso excesivo: Estar de pie durante largos períodos, ya sea de pie, caminar o correr, especialmente en superficies duras. Los errores de entrenamiento están entre las principales causas de la fascitis plantar. Los pacientes generalmente refieren una historia de un aumento de la distancia de las caminatas o carreras, la intensidad o duración de la actividad. En el caso de los atletas puede haber adición de ejercicios de velocidad, ejercicios pliométricos y ejercicios de montaña que son particularmente los comportamientos de alto riesgo para el desarrollo de la fascitis plantar. Correr en superficies de poca amortiguación es también un factor de riesgo.

El equipo adecuado es importante. Los atletas y otras personas que pasan un tiempo prolongado “usando” sus pies deben utilizar un tipo de zapato adecuado para su tipo y actividad. Los zapatos deportivos pierden rápidamente propiedades de amortiguación. Los atletas que usan zapatos de suela con materiales de reparación están especialmente en riesgo si no cambian de zapatos con frecuencia. Los atletas que entrenan con zapatos ligeros y mínimamente acolchados también están en mayor riesgo de desarrollar fascitis plantar.
Los factores de riesgo estructurales incluyen pie plano, pie cavo, pronación, excesiva pronación o supinación, discrepancia en longitud de la pierna, excesiva torsión tibial lateral y torsión femoral excesiva.
Las personas con pie plano (arco bajo) o pie cavo (arco alto), sus pies tiene aumentado el estrés en la fascia plantar con la pisada. La pronación es un movimiento normal al caminar y correr, proporcionando una superficie del pie a tierra, acomodación y absorción de impacto por lo que permite que el pie se desbloquee y se convierta en una estructura flexible. La hiperpronación, por otro lado, puede conducir a un aumento de la tensión en la fascia plantar. En otras ocasiones es la marcha en supinación (caminar por la parte externa de los pies) la que provoca la tendinitis de la inserción de la fascia plantar.
La dismetría, excesiva torsión tibial lateral, y la anteversión femoral excesiva puede conducir a una alteración en la biomecánica de la marcha, lo que puede aumentar la tensión de la fascia plantar.
En cuanto a los factores de riesgo funcional, la rigidez en los músculos gemelos y sóleo y el tendón de Aquiles se considera un factor de riesgo de la fascitis plantar. La dorsiflexión reducida ha demostrado ser un importante factor de riesgo para esta enfermedad. La debilidad del gemelo, sóleo, y los músculos intrínsecos del pie también se considera un factor de riesgo de la fascitis plantar.
El envejecimiento y la atrofia grasa del talón son 2 factores de riesgo degenerativos para la fascitis plantar.
El diagnóstico principal se realiza a través de la clínica con la anamnesis y la exploración física adecuadas. Entre las pruebas complementarias, el estudio radiológico del pie en carga (que puede ser normal o mostrar la presencia de espolón calcáneo que a veces aparece en personas sin antecedentes de dolor en el talón), el estudio ecográfico (para mostrar las características histo-patológicas de la fascia) y el estudio biomecánico (para valorar la respuesta funcional a la deambulación).

¿Cómo actuar ante una fascitis plantar?


Ejercicios para fascitis plantar


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Categorydeporte, lesiones, salud

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